San Miguel de Aralar

San Miguel de Aralar

Teodosio de Goñi, un personaje entre la historia y la leyenda.

Os cuento una historia que conozco desde niña, que siempre me ha fascinado, porque creo en la magia de lo sobrenatural.

El protagonista de la leyenda es Teodosio, un caballero navarro que vivió en tiempos del rey Witiza en el siglo octavo, descendiente del linaje de los Goñi. Al casar con Doña Constanza, pasó a la casa de su esposa llamada Larrañarenetxea (casa de la era), ambas en el pueblo de Goñi, una pequeña localidad situada en las montañas que separan el valle del Araquil de la cuenca de Pamplona y de la tierra de Estella. Poco después de casarse, Teodosio tiene que abandonar su casa para dirigir la lucha contra los árabes.

Doña Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que dejó dormir en la habitación principal, pasando ella a otra más pequeña. Cuando Teodosio volvió victorioso a su castillo, se le apareció el diablo disfrazado de “Basajaun” (llamado el Señor de los Bosques) que le hizo creer que su mujer le engañaba con un criado.

Teodosio, fuera de sí, se lanza a galope hacia su casa. Al amanecer entra en su palacio y se dirige decidido y enfurecido a su habitación matrimonial con la espada desenvainada, entra en la alcoba y apuñala varias veces a las dos personas que dormían en su cama convencido de que eran su esposa y el amante de ésta.

Creyendo haber vengado el agravio, sale de casa y se encuentra con su esposa que salía de misa, su esposa le cuenta que quienes dormían en su cama y a quienes había asesinado eran sus padres.

Aterrorizado por el crimen, llega a Pamplona a pedir perdón al señor Obispo quien, horrorizado le envía a Roma para que sea el Papa quien lo absuelva de su pecado.

Teodosio arrepentido, va de peregrino a Roma y el Papa le pone como penitencia el arrastrar unas gruesas cadenas hasta que por un milagro divino se le desprendieran, eso sería la señal de que estaba perdonado.

Teodosio estando retirado en el Monte Aralar, un día vio salir de una sima un gran dragón que amenazaba con devorarlo. Teodosio, indefenso, cayó de rodillas e imploró la protección de San Miguel, exclamando ¡San Miguel, ayúdame!

En aquel momento, entre gran estrépito, apareció el arcángel quién mostrando la cruz, venció y mató al dragón al grito de ¡Quién como Dios! (¡Nor jaungoikoa bezala!).

En aquel mismo momento, Teodosio quedó libre de las cadenas perdonado por Dios.

Ya libre Teodosio volvió a su casa de Goñi donde le esperaba su esposa y ambos, agradecidos a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo alto del Monte Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis.

La tradición popular que surge a consecuencia de la leyenda mantiene que la efigie de madera del Arcángel –hoy recubierta de plata sobredorada- que se venera actualmente en el Santuario, fue dejada por San Miguel en su aparición. También mantiene esta tradición que las cadenas que permanecen colgadas en el exterior de la capilla son las que llevó Teodosio hasta su liberación y que el conjunto del Santuario está levantado sobre la propia sima donde moraba el dragón aniquilado, que únicamente se comunica con el templo, a través de un pequeño hueco existente a la derecha del altar de la capilla interior, por donde los visitantes tienen costumbre de asomar la cabeza o echar monedas para comprobar, a través de los sucesivos golpes que da en las rocas al caer, la gran profundidad de la sima.

Referencias:

- www.aralarkosanmigel.info

- Wikipedia: Santuario de San Miguel de Aralar.

Feliz semana, Mayan.


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